La
obediencia es una actitud responsable de colaboración y participación,
importante para las buenas relaciones, la convivencia y las tareas productivas.
La acción de obedecer es aquella en la que se acatan normas, órdenes, reglas y
comportamientos.
La obediencia forma parte del aprendizaje del
control y regulación de la conducta, de la asimilación de las reglas, primero
en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice para agradarlo,
y ganarse su aprobación y elogio; y, posteriormente, si el niño es debidamente
estimulado por el adulto, por propio deseo, aprendiendo a controlar su
conducta y cumplir las reglas de manera consciente, ya no para agradar a
nadie sino por la satisfacción que esto le produzca. El aprender a ser
obediente consiste también en que se explique el por qué es necesario que se
haga las cosas que se le pidan.
¿Cómo puede el niño y la niña aprender a ser obediente?- Sabiendo qué es lo que sus padres o profesores quieren- Conociendo la satisfacción que su obediencia producirá- Sabiendo el por qué y el valor de cada orden- Teniendo claras sus obligaciones y deberes- Con una enseñanza sistemática de todas sus actividades- Teniendo reglas en casa y en la escuela- Cuando siente la aprobación de sus padres cuando es obediente- Con las experiencias de sus padres- Cuando siente que con la desobediencia no consigue lo que quiere