miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Qué son Valores?

     Los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Al nacer, los niños no son ni buenos ni malos. Con la ayuda de sus padres, educadores y de los que conviven con ellos, aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir.




     Valores como la amistad, la comprensión, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad, el respeto, y la obediencia  son esenciales para un sano desarrollo de los niños.
Un niño que conoce el límite del otro, podrá vivir una vida sana y saludable, sea en su entorno familiar o escolar. Un niño que sabe respetar a los demás, será más fácilmente respetado, y así con todo.

martes, 23 de octubre de 2012

Educar en valores



Sembrar valores  tempranamente en los niños permitirá que se desenvuelvan mejor en la sociedad. Educar en valores es acompañar a los hijos en el proceso de respuesta libre y personal sobre su propia identidad, y sobre los horizontes y metas que buscan para su felicidad. Valores e identidad son, en consecuencia, dos realidades inseparables. Una formación plena que permita configurar la identidad de un ser humano en crecimiento, no puede desvincularse o prescindir de una seria y bien planificada educación en los valores.


El protagonismo de los padres y más en la etapa de educación infantil, es insustituible. Ellos son los que van a decidir qué valores pretenden involucrar en la educación de sus hijos. 

 En la actualidad la profesión del maestro se ha convertido en una de las más importantes por la trascendencia que conlleva la formación y preparación de un ser humano, tanto en el conocimiento como en la práctica   de valores, lo cual convertirá al alumno en una persona íntegra para la sociedad en la que se desenvuelve.







De ahí parte el interés por fomentar los valores en las instituciones, ya que la escuela debe interesarse y ocuparse de la formación moral que contribuye a integrar a los alumnos a la sociedad de forma autónoma y crítica, ayudándolos a construir sus propios criterios permitiéndoles a la vez que se les apoye a tomar sus propias decisiones para que determinen como vivir su propia vida.


Para que se de la transmisión de valores son de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas significativas en su vida, sus padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros. Es además indispensable el modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren al niño, para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Vídeo de los valores


VÍDEO PARA COMPARTIR EN ESCUELA O FAMILIA.
UNA VIDA LLENA DE VALORES ES UNA VIDA COMPLETA.

lunes, 22 de octubre de 2012

Tips para fomentar valores


* Leer cuentos que hablen sobre algún valor en especial es una buena manera de ayudar a los niños lo que significa ese valor.

* Organice juegos en familia donde se promuevan los valores.
* Designe una semana para fomentar algún valor en especial. 
Esa semana lea cuentos sobre el tema y organice actividades para fomentar ese valor hasta que se asegure de que los niños lo han entendido y pueden aplicarlo a situaciones diarias.

* Reconozca al niño cada vez que actúe de acuerdo con el 
código de valores que usted quiere inculcarle.

domingo, 21 de octubre de 2012

EL RESPETO







      El respeto exige un trato amable y cortés; el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía absoluta de transparencia.
 El respeto consiste en el reconocimiento de los intereses y sentimientos del otro en una relación. Aunque el término se usa comúnmente en el ámbito de las relaciones interpersonales, también aplica a las relaciones entre grupos de personas, entre países y organizaciones de diversa índole...

sábado, 20 de octubre de 2012

Fomentemos respeto



  •        Dando el ejemplo de personas cariñosas y respetuosas
  •          Enseña el respeto partiendo de un ejemplo admirable. Los niños tienden a imitar rápidamente las actitudes y comportamientos de los adultos que están a su alrededor. Al comportarnos y hablar con ellos de una forma respetuosa, les proporcionas una ejemplo positivo que seguir.

  •          Escucha atentamente a tus hijos y los demás. Prestar atención a la gente es un signo de respeto. Cuando un niño tiene una pregunta o una necesidad de discutir sus sentimientos, escucharle con atención puede ayudarle a sentirse respetado. Él hará lo mismo con los demás a modo de respuesta.

  •          Demuestra paciencia hacia los niños. La paciencia es un signo de respeto. A algunos niños puede costarles más tiempo aprender a comportarse de forma respetuosa que a otros. Mostrarse impaciente con los niños sólo les enseña a volverse personas impacientes. Tómate tu tiempo para hablar con los niños y dales tiempo para aprender nuevos comportamientos.

  •          Pide perdón por tus errores. Si te olvidas y cometes un error, como decir una grosería delante de los niños o gritar cuando estás enfadado, discúlpate con ellos. Tu disculpa les enseña a auto-corregirse cuando cometan un error similar.  

viernes, 19 de octubre de 2012

Fomentemos respeto

Respeto a la naturaleza 



A los padres, abuelos y toda la familia



A los profesores y a toda la escuela




 



Respetemos todo lo que nos rodea 

jueves, 18 de octubre de 2012

Tips para fomentar respeto




  • Enseñando a respetar mediante las actividades que realicen
 
  • Enseña a compartir los juguetes. Ya sea cuando el niño esté jugando con tus hermanos en casa o en el patio de la escuela, el compartir de forma armoniosa los juguetes es un signo de respeto. Siéntate con los niños cuando juegues y enséñales a tomar turnos. Usa un temporizador para que avise cuando es el turno de otra persona para jugar con un juguete en particular.
  • Establece una rutina de orden de juguetes. Enseña a los niños a respetar sus alrededores mostrándoles cómo ordenar sus juguetes. Anuncia que es tiempo de ordenar el cuarto y de quitar los juguetes de en medio. Haz esto diariamente para instaurar la necesidad de un orden de forma regular.
  • Organiza un juego de respeto. Piensa en los escenarios que pueden llevar a un comportamiento irrespetuoso, como cuando los niños se empujan unos a otros de forma accidental o intencional. Pide a los niños que interpreten reacciones respetuosas en esa situación.



miércoles, 17 de octubre de 2012

Observa y corrige comportamientos

  • Observa y corrige comportamientos....
  • Vigila palabras o comportamientos irrespetuosos. 
  • Si tu hijo comienza a hablar de formas sarcásticas o desagradables, ten con él una conversación sobre el comportamiento. Pídele que piense en formas más respetuosas de comunicar los mismos pensamientos o sentimientos.
  • Anima su empatía. Si tu hijo se comporta de forma irrespetuosa contigo o con otros, presta atención al comportamiento. Pídele a tu niño que se imagine cómo se deben sentir los receptores de esas palabras. Animar a un niño a ponerse en los zapatos de otra persona le ayuda a ser más empático.

martes, 16 de octubre de 2012

Respeto a la diversidad







Cuentos de respeto


La Vocación de Mateo

El pequeño Mateo era un niño dulce de ojos azules, rasgos muy finos y una sonrisa que ablandaba a los corazones más duros. Vivía en Salamanca, Guanajuato, pues sus padres trabajaban en la refinería petrolera que hay en esa ciudad. Su abuelo Pedro, que había sido hombre de campo, se encargaba de cuidarlo durante el día y lo fascinaba con los relatos sobre las aventuras y amores de su juventud en la Hacienda del Potrero. “¿Entonces tú eras charro como los de las películas?” le preguntaba Mateo. “Así mero, mijo. Nadie dominaba la reata como yo. A nadie obedecían los caballos como a mí” le respondía el abuelo. De tarde en tarde, en el jardín cercano, le hacía demostraciones del floreo de la cuerda que giraba y trazaba complicadas figuras en el aire. En torno suyo se formaba un círculo de personas para verlo.
Mateo tenía doce años cuando su abuelo murió y le lloró todas las lágrimas que nunca había llorado. Al día siguiente del entierro recibió una caja, la única herencia de Don Pedro, al que no le quedaba nada. Era el traje de charro que había usado de joven: negro, con una brillante botonadura de plata y bordados que parecían hechos por las manos más hábiles de San Juan de los Lagos. Había también una camisa, calzado y un par de espuelas, pero faltaba el sombrero. Entre las prendas Mateo halló una nota manuscrita: “Aquí te dejo la parte más feliz de mi vida, Mateo. Diles a tus padres que respeten mi voluntad y guarden este traje hasta que te quede. Por lo que falta no te preocupes: al que ha de ser charro del cielo le cae el sombrero.”
Pasaron los años. Cuando Mateo era ya un apuesto adolescente su familia cayó en problemas económicos pues sus padres perdieron el empleo y vivían de una escasa pensión. Más de una vez la madre pensó en vender el traje del abuelo para cubrir los gastos. “No, mujer —dijo el padre— tenemos que respetar la última voluntad de mi suegro.” En una ocasión ella se atrevió a descoser un botón de plata para empeñarlo. El marido le pidió que devolviera el dinero, lo recuperara y lo prendiera de nuevo en su lugar. La única esperanza del matrimonio era que Mateo, que ya estaba a punto de cumplir dieciocho años, entrara a trabajar a la refinería y ganara dinero.
Pero ¡oh sorpresa! El mismo día de su cumpleaños Mateo se probó el traje de su abuelo que parecía cortado a la medida del nieto y le daba una apariencia espléndida. “Yo quiero ser charro” decidió al verse en el espejo y corrió a decírselo a sus padres. “¡Cómo charro! De eso nos vamos a morir de hambre. ¡Entra a la refinería!” exclamó la madre. “Silencio, mujer, si esa es la vocación del muchacho, hay que aceptarla” dijo el padre y luego habló a solas con Mateo: “Mira mijo, eso de la charrería es de otro tiempo, de otro México… pero si es lo que te gusta, estoy seguro que podrás florear la reata y mandar al ganado como el mismo Don Pedro y hacer de tu vida algo extraordinario”. Cuando Mateo agarró el camino al monte su padre lo abrazó y lo bendijo. Desde el balcón lo miró alejarse y le arrojó, como si cayera del cielo, el sombrero de charro que le había comprado con sus últimos ahorros.

lunes, 15 de octubre de 2012

Cuento:Un buey llamado Hermoso






En Takkasila, hace muchos siglos, nació un tierno becerro. 

Fue adquirido por Amir, un hombre rico, que lo llamó Hermoso. 
Lo atendía adecuadamente y lo alimentaba con lo mejor.
Cuando Hermoso se convirtió en un buey grande y potente, pensaba con gratitud: “Mi amo me dio todo. Me gustaría agradecer su ayuda”. Un día le propuso:
—Mi señor. Busque a algún ganadero orgulloso de sus animales. Dígale que puedo tirar de cien carros cargados al máximo.
Amir aceptó y visitó a un mercader.
—Mis bueyes son los más fuertes —comentó éste.
—No. El mío puede tirar de cien carros cargados —respondió Amir.
Apostaron mil monedas de oro y fijaron un día para la prueba.
El mercader amarró cien carros llenos de arena para volverlos más pesados. Cuando comenzó la prueba, Amir se subió al primero.


No resistió el deseo de darse importancia ante quienes lo veían. Hizo sonar su látigo y le gritó a Hermoso:

—Avanza, animal tonto.
Hermoso pensó: “Nunca he hecho nada malo y mi amo me insulta”. Permaneció fijo en el lugar y se resistió a tirar.
El mercader rió y pidió el pago de las monedas. 
Cuando volvieron a casa Hermoso le preguntó a Amir:
—¿Por qué estás tan triste?
—Perdí mucho dinero por ti.
—Me diste con el látigo. Me llamaste tonto. Dime, en toda mi vida rompí algo?, ó te causé algún perjuicio? —preguntó Hermoso.
—No —respondió el amo.

—Entonces ¿por qué me ofendiste? La culpa no es mía, sino tuya… Pero como me da pena verte asÌ, acude con el mercader y apuesta de nuevo: que sean dos mil monedas. Eso sí: usa conmigo sólo las palabras que merezco.

El mercader aceptó pensando que volvería a ganar. 
Todo estuvo listo para la nueva prueba. Cuando Hermoso tenía que tirar de los carros, Amir le tocó la cabeza con una flor de loto y le pidió:
—Hermoso, podrías hacerme el favor de jalar estos cien carros?
Hermoso obedeció de inmediato y con gran facilidad los desplazó. 
Incrédulo, el mercader pagó las dos mil monedas de oro. Quienes presenciaron la sorprendente muestra de su fuerza llenaron al buey de mimos y obsequios. Pero más que el dinero, Amir apreció la lección de humildad y respeto que había recibido.


sábado, 13 de octubre de 2012

Cuento: Micha y su abuelo



El abuelo, el mayor de la casa, era muy muy anciano. Sus piernas ya no soportaban su peso, sus ojos ya no podían ver, sus oídos no escuchaban y en su boca no quedaba un solo diente. Su hijo y su nuera no le servían la comida en la mesa, sino al lado de la estufa, para que no ensuciara. Una vez le pusieron la comida en un tazón. Cuando el viejecito quiso levantarlo, lo dejó caer sin querer, y el traste se rompió.

Todo se derramó sobre el piso. Muy disgustada, su nuera le reprochó que dañara los objetos de la casa y que rompiera así los trastes de su vajilla. Empleando un tono grosero, le dijo que a partir de ese día le servirían de comer en una cubeta de madera, como las que se usaban para dar su alimento a los animales.
El anciano suspiró hondamente pero no dio respuesta alguna a esas palabras que lo habían lastimado. Pasó algún tiempo desde esa ocasión. Un día estaban en la casa el hijo y la nuera del anciano. Los dos esposos miraban con mucha atención al pequeño niño de ambos. El infante estaba en el suelo, jugando con unos bloques de madera. Los acomodaba de una manera y de otra, como si quisiera darle forma a un objeto en particular. —¿Qué figuras estás haciendo con esos pedazos de madera, hijo? —preguntó con curiosidad su padre.
—Estoy haciendo una cubeta de madera papá. De esa forma, cuando tú y mamá sean tan viejos como el abuelo podré usarla para servirles su comida —informó el pequeño Micha. Sin decir palabra, el hombre y la mujer se pusieron a llorar. Sentían vergüenza de haber tratado al abuelo de aquella manera. Desde aquel día le sirvieron nuevamente la comida en la mesa, y lo cuidaron bien.